El apetito insaciable de Dred por una gran polla negra se combina con su amor por las bellezas asiáticas. Se entrega a un encuentro caliente con dos impresionantes diosas asiáticaes, explorando cada centímetro de sus irresistibles curvas. Su apasionado trío se desarrolla en una salvaje, cruda e inolvidable muestra de lujuria.